
En Mulchén, el terremoto lo movió todo. "Los Duendes", personajes del paisaje urbano local, muchas veces discriminados y marginados, de la noche a la mañana, literalmente, se convirtieron en mecenas del agua en Mulchéncito. En el sector Norte de la ciudad, estos personajes, fueron los únicos que contaron con suministro de agua potable en su domicilio. Esas son, como decía mi abuela, las vueltas de la vida. Dos seres mitológicos que disfrazados de ogros por el rumor popular, se convirtieron de súbito en "los vecinos" del agua, compartiendo el vital elemento con muchas familias que no contaban con este. La naturaleza les dió la mano a estos personajes antes despreciables, otorgándoles un poder único y sin parangon, lo que en cualquier otra circunstancia sería inpensado. Por un rato, fueron incluidos, considerandos, saludados y valorados.
Muchas personas, en dicha condición de únicos poseedores del agua bebible, habrían concebido el negocio de su vida, comercializando el agua potable, pero ellos, con lo poco que tienen nos dieron una lección de humanidad y solidaridad, compartiendo desinteresadamente "su agua".
Para quienes leen, este hecho que relato puede parecer simple coincidencia, para mi y los mios, esto es una muestra concreta de que Dios (creyentes) o la naturaleza (agnósticos) sabe lo que hace. Dios actua de misteriosas formas... Este terremoto debe servir para remecer también nuestras conciencias. Nunca subestimes al más débil. No juzgues a las personas por lo que parecen, quédate con lo que hacen, eso es lo que les determina.
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