miércoles, 15 de abril de 2009

La Neurona 20.285 de la Transparencia

Me pasa que por las noches me despierto pensando en algo que tengo pendiente, en alguna nueva idea que hacer (como este artículo por ejemplo) o simplemente por la necesidad de producir un clic entre las malditas neuronas que me llevan a pensar y pensar... no les ha pasado?

La otra noche desperté súbitamente, a propósito de la nueva Ley de Transparencia que "obliga" al sector público a transparentar la información referidas a gastos, contratos, etc. Información a la que hoy día los chilenos, mulcheninos incluídos, tenemos acceso amén de este nuevo y valioso instrumento legal. Pero, cuál es el problema entonces? qué hizo que mis neuronas discutieran entre sí y de paso me despertaran?

Está claro que el problema no es la Ley sino lo que esta saca a la luz pública. Con esto se cumple fielmente la frase "Que injusta es la vida", y claro, sí al observar las suntuosas ganancias de un importante número de funcionarios públicos, incluidos algunos municipales, parece que son unos pocos los elegidos y otros muchos los obreros. A buena hora que esto se publique, pero acaso los que estamos en el sistema público no lo sabíamos, claro que sí.

Algunas reflexiones, está claro que los funcionarios municipales son los parientes pobres del sector público. Un auxiliar de cualquier repartición del estado percibe ingresos similares a los que obtiene un grado técnico en el sector municipal. La brecha entre los más ricos y los más pobres se cumple en igual proporción en el ámbito público como en el área privada.

Otra cosa son también las acciones que cada uno desarrolla en el sector público y que justifican o no un determinado ingreso. Ahí si que la cosa es más grave. Cualquier persona que se desempeña en un municipio puede estar pensando, a partir de lo que aquí expongo y dado que su sueldo es menor que el de un empleado de gobierno, que la calidad de su trabajo debe serlo en la misma dirección. Tal vez parezca descabellado este argumento, pero créanme, no son pocos los que funcionan bajo esta lógica.

Dónde está la esencia de todo esto entonces, para qué se hace visible esta información. Simple, para que los ciudadanos fiscalicen el accionar de sus autoridades y funcionarios del sector público, lo que en la práctica implica todo un cambio cultural para quienes deben proveer la información y quienes deben solicitarla. Las chilenas y chilenos ya pueden saber con propiedad que se hace con cada peso de sus impuestos. Aquello es relevante, especialmente en los municipios, que de acuerdo a un sondeo realizado el 2008 por el Instituto de Libertad y Desarrollo, son las instancias públicas en donde se registran los mayores niveles de corrupción, de hecho, un 26,6% de los encuestados percibe el municipio como un espacio altamente corrupto.

Hay que decirlo, con esta ley los políticos, especialmente los parlamentarios obran en el sentido correcto, hacia la luz. Ahora la pelota está boteando del lado de los ciudadanos, son ellos quienes tienen la última palabra para que algunos, "los más vivos", dejen de pasarnos goles.

Dos páginas y mis neuronas ya han dejado de agredirse. Puedo volver a dormir..... zzzzzzz