Cuantas veces hemos recibido como respuesta a un trámite en el banco, en una empresa cualquiera e inclusive en la propia municipalidad: "Se nos cayó el sistema", "No tengo sistema" o simplemente "No hay sistema". Pero, qué es el sistema?, tiene vida propia?, toma sus propias decisiones? piensa?. Para algunos, el sistema es un conjunto de datos, para otros es un orden establecidos, para los menos, es un ente abstracto, omnipresente y todopoderoso que no discrimina entre ricos y pobres, entre moros y cristianos.
Para mi el sistema es una simple excusa, un comodín para la inacción y la inoperancia, una puerta de entrada a beneficios o la realización de trámites. Hay algo seguro respecto del sistema, siempre tiene un cancerbero o guardían, alguien que nos señala sí hoy está o no disponible, ya que al parecer el sistema también descansa, y no pocas veces.
Otra característica distintiva del sistema es que conoce todos nuestros movimientos, sabe cuando nacimos, cuanto ganamos y donde vivimos. Este "ente" superior que parece tener vida propia permea todas las esferas de nuestras vidas. Conoce lo que padecemos y hasta es capaz de sugerirnos que medicamentos debemos consumir. Por si esto fuera poco, controla nuestras finanzas, decide si nos concede o no prestamos, nos avisa cuanto debemos de luz o agua, y hasta nos comunica en qué momento debemos retirarnos de la vida laboral. El sistema no da explicaciones, no siente, no escucha razones, solo actúa.
Sistema omnisciente y omnipresente, a veces me cuestiono si en este orden establecido yo mismo tengo parte, sobre todo al ver que frecuentemente algunos seres se asen del sistema para lucrar, para ganar dinero, para mentir, para no trabajar, para separar, y finalmente, para excluir. Los menos, los infiltrados en el sistema, lo emplean para ayudar, para dar una respuesta satisfactoria, para acelerar un trámite, para hacer lo correcto y, por cierto, para incluir.
Entonces, finalmente, cabe la pregunta: ¿Usas el sistema o el sistema te usa?...
