viernes, 26 de marzo de 2010

Aplausos y Pifias Pos Terremoto




He recibido con orgullo las noticias que hablan bien de Chile. No podía ser de otra manera. Orgulloso de ser chileno. Apareció el país decente, trabajador y solidario en el que me gusta vivir. A pesar de todas las vicisitudes que últimamente hemos vivido, especialmente aquellos compatriotas que sufrieron el terremoto, el maremoto y el saqueo. Quiero señalarlo, aunque parece que no, en este país señores las instituciones funcionan. Las fuerzas de orden y seguridad, apoyados en las imágenes de los medios, han comenzado una pesquiza y ya han dado con centenares de responsables de los saqueos. Aquellas instituciones que muchas veces, durante "la normalidad" criticamos y observamos con recelo, han estado a la altura de las circunstancias. APLAUSOS CERRADOS entonces para bomberos, carabineros, cruz roja, ejército, entre otros.

Mención aparte merece la cruzada "Chile Ayuda a Chile". La noticia es que con hechos, con conductas concretas, hemos dado cuenta de nuestra condición de país tremendamente solidario. Todas las naciones del mundo han sido testigos de nuestro temple, coraje y tremendo corazón. Como le dimos vuelta al asunto, partiendo de una fecha que quedo grabada a fuego en nosotros: 27/02, y terminando en una forma práctica y tangible de ayudar, la cuenta: 2702. Eso es típico de Chile y los chilenos, verle el lado positivo a las cosas. Si no me creen, vasta con revisar los testimonios de miles de personas que lo perdieron todo, pero que golpeados, nunca renunciaron a comenzar de nuevo.

En esta cruzada solidaria, gran parte de las empresas privadas realmente se pusieron con recursos económicos y materiales para levantar Chile. No podía ser de otra manera. Las personas que sufrieron esta catastrofe, en su condición de consumidores (tarjetas, creditos, intereses), han incrementado en varios ceros las cuentas bancarias de estas empresas durante décadas. Lo que les corresponde entonces es cumplir su rol social. Me temo que a pesar de la gran cantidad de aportes faltaron empresarios que, aún no sufriendo mayores pérdidas durante el sismo, no fueron capaces de meterse la mano al bolsillo para ir en ayuda de sus consumidores y compatriotas. Más aún, aprovechándose del pánico y la histeria, subieron descarada y exageradamente los precios de sus productos. Las PIFIAS Y ABUCHEOS son para ellos.

Un país de más de 4000 km. de largo, que sufre uno de los terremotos más violentos de la historia moderna, el quinto para ser más específico (8,8º Richter). Como si eso fuera poco, además debe soportar un tsunami que incluyó olas enormes y que a una semana de la castastrofe tiene repuestos los suministros básicos en gran parte del país, funcionando su principal vía de abastecimiento y comunicación (Ruta 5), controladas las situaciones de pillaje y saqueo, recaudado más de 45 mil millones de pesos para iniciar la reconstrucción, es sin lugar a dudas un lugar en el cual me gusta vivir.

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