viernes, 23 de abril de 2010

Servicio Público con Olor a Rancio


Abrí La Puerta del refrigerador e inmediatamente percibí un olor desagradable, rancio y nauseabundo que sin mi permiso penetró mi naríz y de ahí directo al cerebro. La respuesta de mis neuronas fue casi automática, recordé entonces el olor a perro muerto, a huevo guero, a cuerpo en descomposición.

Ese olor ya lo había percibido antes, me traía muchos recuerdos, como cuando en el aire ronda un olor a water antes de la lluvia, como aguas estancadas que con el tiempo toman un color verdoso putrefacto, como vómito de resaca con alto contenido de OH (Alcohol). Como cuando abres la puerta de algún servicio público y de súbito expele un insoportable olor a flojera y burocracia.

Será entonces que mi naríz es muy delicada? o tal vez que la grasa del estado no deja ver la carne, que dicho sea de paso, es harto poca. Tal vez no se ha ventilado adecuadamente un espacio que necesariamente necesita aire fresco. Al parecer hace un buen rato que el refrigerador de "lo público" está desconectado de la electricidad y cuando lo abres emana ese pestilente olor a descomposición de lo que contiene.

Está claro que la leche, la carne y el queso deben ser refrigerados, pero parece que cuando el aparato de refrigeración no funciona, no sirve de nada disponer de leche descremada, queso gauda o filete, igual los productos terminarán por descomponerse y emitir ese insoportable olor a rancio que recorre muchas reparticiones públicas.