lunes, 10 de septiembre de 2012

La Irritante Pobreza de los Políticos


No sorprende que los políticos a nivel nacional monten un gran espectáculo, por no decir “show”, para anunciar que las cifras de pobreza han disminuido. Lo cierto es que la disminución es marginal. Que un grupo de “personas” aumente 10 mil, 20 mil o 30 mil pesos sus ingresos, es bizantino, y claramente no le excluye, como por arte de magia, de sus problemas y dificultadas para subsistir. Esto es muy piñiñento, considerando los niveles de crecimiento macroeconómico del país, la tasa de inversión extranjera, el superávit fiscal, las inversión en programas sociales, los niveles de recaudación de impuestos, los niveles de inflación, el zapato de la guagua y la cacha de la espada.

La derecha y la izquierda chilena, depositarias por naturaleza en este país de dos miradas diametralmente opuestas respecto de la pobreza, parecen fundirse en la pequeñez de las cifras, enredándose en una majamama de tecnicismo poco comprensibles por la mayor parte de la población, especialmente los más pobres. Como si ser pobre fuera una moneda de cambio que se tranza en el mercado de valores al mejor postor. No resulta raro entonces observar los niveles de rechazo y aversión que provocan los políticos en todas y cada una de las encuestas.

Según Abrahaan Maslow, los seres humanos tenemos 5 niveles de necesidades, los cuales categorizó en una pirámide. En la base están las necesidades fisiológicas, asociadas a la respiración, alimentación, abrigo, descanso, etc. Después las de seguridad, vinculadas a la seguridad física, de empleo, salud, etc. Las de afiliación, ligadas a los afectos, confianza, intimidad, etc. Luego las de reconocimiento, dónde encontramos la confianza, el respecto, éxito, etc. Y por último, en la cúspide de la pirámide, las de autorrealización, asociadas a la moralidad, creatividad, falta de prejuicios, resolución de problemas, etc. Obviamente que si alguien no logra cubrir sus necesidades fisiológicas y de seguridad, difícilmente se sentirá autorrealizado.

La clase política, en su discusión respecto de las cifras de pobreza, se centra en las necesidades básicas de las personas, es decir, “los pobres” en Chile no alcanzan a cubrir sus requerimientos elementales de subsistencia, asociados a una canasta básica del año de la cocoa, al ingreso per cápita por integrante del grupo familiar, entre otras pomadas.

Al hacer la correlación entre necesidades más básicas propuestas por Maslow (especialmente fisiológicas); las necesidades establecidas por el gobierno en la canasta básica que muchas familias chilenas no alcanzan a cubrir; los precarios aumentos en el sueldo mínimo considerando el costo actual de la vida; el desinterés del gobierno en fortalecer la educación pública; y el revuelo por las cifras de la Encuesta CASEN, me queda claro que los políticos no tienen ningún verdadero interés en disminuir, menos eliminar, la tan manoseada pobreza, sino que su único fin es obtener réditos electorales a costa de los pobres.

De allí que muchas autoridades busquen mediante la entrega de suministros para cubrir las necesidades básicas de la población, especialmente entre la gente más pobre, la elección o relección a un cargo público, manteniendo permanentemente cautivos los votos de los más necesitados, a cambio de la confianza en las urnas.
En Mulchén, el 20% de la población es pobre, es decir 1 de cada 5 personas no alcanza a cubrir sus necesidades básicas. 

“  pobre no es el que menos tiene sino el que mas necesita” San Agustín.